martes, diciembre 8

Las Momias De Vác


En el año 1994, un grupo de trabajadores de un pequeño pueblo llamado Vàc, en las afueras de Budapest, en Hungría, se dirigía hacia la iglesia de Los Dominicos, con la misión de proceder a la restauración de la misma.
Habían sido requeridos por el sacerdote, Josef Zavecz, que estaba preocupado desde hacía tiempo por unas grietas aparecidas en la una de las paredes de su iglesia, y que se iban acrecentando considerablemente.
A primeras horas del día, emprendieron, junto con el sacerdote, la tarea de inspeccionar el templo.

Como quiera que al golpear con un martillo una de las paredes bajo la torre sonara a hueco, decidieron derribarla, comprobando que se trataba de un delgado tabique, añadido a la construcción original, posiblemente para ocultar un espacio.

Asomado por el agujero derribado, el sacerdote se sorprendió al ver una escalera descendente oculta en la oscuridad. Inmediatamente se dio cuenta que habían encontrado con una bóveda oculta.
Aunque en esa primera exploración creyó que se trataba solamente de una cámara de vacío que había estado olvidada bajo el suelo de la iglesia, cuando sus ojos se acostumbraron a la oscuridad, vio a cientos de ataúdes (265), apilados desde el suelo hasta el techo, ordenadamente por su tamaño, llenando la cripta y olvidados durante más de doscientos años. Cada uno de ellos había sido cuidadosamente pintado a mano con brillantes colores, representando figuras como crucifijos, flores, citas, versos de la biblia, ángulos, el cráneo y las tibias cruzadas, relojes de arena, inscripciones y “Memento Mori”, todo ello como si se hubiera querido hacer un homenaje a la vida obviando la muerte.

Ningún féretro era igual a otro. Cada uno de diferenciaba de los demás por las pinturas que lo decoraban, personalizadas de acuerdo a la persona que albergaba en su interior y haciendo referencia a la misma. Así, el ataúd que fue la última morada de un minero, estaba decorado además de con flores y huesos, los utensilios que había utilizado en la vida: un pico y una pala.
Todos los enterramientos se realizaron entre 1731 y 1838.

Cuando se procedió a la apertura de los mismos, se descubrió que todos los cuerpos estaban momificados y en perfectas condiciones. La piel, el cabello y las uñas estaban intactos, así como sus vestimentas, las prendas tejidas a mano, y las medias que vestían sus pies. Rosarios, y otros objetos personales, lucían igualmente bien conservados, dejando con ello una valiosa información sobre las costumbres y vida cotidiana de los pueblos húngaros durante el siglo XVIII.

Debidos a las condiciones de la cripta sellada, se creó una momificación natural de los cuerpos
Después del estudio de los restos, se llegó a saber a quién habían pertenecido en vida, en donde vivía y a qué se dedicaban. Pertenecientes a la clase media, tenían el privilegio de utilizar la iglesia como lugar de entierro, la gran mayoría, personas acaudaladas y con unas buenas condiciones de vida. Entre los muertos había comerciantes, artesanos, funcionarios, sacerdotes y políticos.

Pero junto a ellos no solamente fueron enterradas sus pertenencias. También se llevaron a la tumba dentro de sus cuerpos los organismos de una epidemia que asoló Europa en los siglos XVIII y XIX: La peste Blanca, o tuberculosis, nombre con el que la conocemos hoy en día.


Tras un minucioso análisis, se encontró que el 55% de los restos óseos de los168 individuos estudiados, tenían ADN de M. tuberculosis, corroborando así que lo prevalente que fue esta enfermedad en Europa en durante la plaga, y que arrasaba familias enteras.


Algunas de ellas, fueron enterradas en la cripta de Vác.
Esto da lugar a barajar la posibilidad que el motivo del enclaustramiento de de la cripta, pudo deberse precisamente para aislar a del mal a los que habían perecido por él.


Un cirujano australiano, el Dr. Mark Spigelman, ha dedicado muchos años al estudio de las bacterias que se encuentran en las momias, así como un análisis de su ADN. La información obtenida de este ADN antiguo podría proporcionar información que ayudará a luchar contra la tuberculosis.

Algunas de estas momias están expuestas y pueden visitarse en la Iglesia Dominicana de Vác, Hungría

2 comentarios:

Tony Collbato dijo...

Impresionantes estas tres últimas entradas;como siempre,nos descubres cosas que ignorábamos.Un abrazo

SERGIO MARTINEZ VIGUERAS dijo...

Te felicito por tu blog, sigue adelante con estos apasionantes temas de ultratumba...