lunes, septiembre 13

Las Momias De San Bernardo

En la bóveda subterránea del cementerio de San Bernardo, pequeño pueblo situado a unos ochenta kilómetros de Cundinamarca, al sudoeste de Bogotá, reposan retenidas en el tiempo unas treinta momias de hombre mujeres y niños. Se tratan, la mayoría, de personas nunca reclamadas tras su fallecimiento, gente pobre, indigentes y mendigos del lugar. Las facciones de su cuerpo en vida aún se pueden distinguir casi a la perfección tal y como eran en vida, y la intacta piel sigue pegada a sus huesos, mostrando la expresión de tranquilidad o terror en la que les sorprendió la muerte.

Fue en la década de los años 50 del pasado siglo, cuando el sepulturero del cementerio se dispuso a exhumar el cuerpo de Florentina Gutiérrez, fallecida hacía tiempo, para proceder a inhumarlo de nuevo en una sepultura más pequeña. Florentina Gutiérrez aparecía sin un atisbo de corrupción.

 
A este descubrimiento siguieron otros, cada vez más numerosos. Cuando los trabajadores del cementerio procedían a abrir algunos viejos ataúdes de cuerpos enterrados hacía tiempo, y que no habían sido reclamado por sus familiares para proceder según la costumbre de que pasado ciertos años del enterramiento, se exhumaba, a petición de los familiares los restos enterrados para proceder a trasladarlos a otra tumba más pequeña, donde solo se depositaban los huesos. Su sorpresa fue mayúscula al comprobar que todos permanecían en estado de momificación producida por causas totalmente naturales. Incluso la ropa se conservaba casi intacta.


El motivo de por qué los cadáveres se encontraban en dicho estado de conservación, como en tantos otros casos, sigue siendo un misterio. 

 
Aunque los científicos aún no se han pronunciado sobre el tema, la opinión popular se inclina, según su viejo saber, a la composición química de la tierra, y al clima seco de la zona. También alegan que se debe al consumo de de una fruta espinosa de aspecto parecido a una baya llamada Guatilla.

 
Las momias se encuentran expuestas en urnas de cristal en el cementerio de San Bernardo.