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martes, febrero 15

Moora, Su Triste Historia

(Imagen computarizada de como pudo haber sido Moora)

Esta joven de entre 17 y 19 años vivió hace 2.600 años, y su muerte, posiblemente en extrañas circunstancias según las malformaciones que muestran algunos de sus huesos, pudo producirse entre el 764 y el 515 antes de Cristo. Lo que se conoce hasta el momento de su historia resulta triste y enigmático.

En el año 2000, en la zona pantanosa de Moor, en Hannover (Alemania), fueron descubiertos restos de un cadáver excepcionalmente bien conservado.
En un primer momento, la policía barajó la hipótesis de que se tratara del cuerpo de una joven de 16 años desaparecida en 1969, por lo que procedió a someterlo a pruebas de ADN, que resultaron ser negativas, y el caso fue archivado.



Cinco años más tardes, en Enero de 2005, una mano derecha humana y con las huellas digitales intactas apareció en la misma zona, asociándose inmediatamente a los restos encontrados cinco años antes.
Dado que también se encontraron en los restos sustancias propias de una momificación, el caso pasó a depender del campo de la Arqueología, realizándose en la Universidad de Kiel la datación por radiocarbono, con el resultado de que la joven había muerto entre el 764 y el 515 antes de Cristo.



Durante seis años paleontólogos, profesionales de la justicia, antropólogos y arqueólogos, se dedicaron a estudiar el caso, dando finalmente como resultado la triste historia de Moora, nombre que le fue impuesto debido a la zona en que fueron descubiertos los restos, la zona pantanosa de Moor.


Moora era zurda, con el cabello ligeramente pelirrojo y vivió en lo que hoy es Baja Sajonia, en la Edad de Hierro prerromana. También se sabe que su existencia estuvo llena de penurias y sufrimientos.

Expertos en huesos del Hospital Universitario Hamburg-Eppendorf, detectaron que la niña sufrió al menos dos fracturas en el cráneo que tuvieron tiempo de soldar solas, y que padeció largos periodos de enfermedad posiblemente debidos a prolongados inviernos de privaciones.

Durante toda su infancia y adolescencia padeció una desnutrición crónica y un duro ejercicio físico, según han revelado las líneas de crecimiento de sus huesos, relacionados posiblemente con el traslado de grandes vasijas de agua cargadas sobre su cabeza.

Igualmente se descubrió que tenía en la base del cráneo un tumor benigno que provocó una curvatura en la columna vertebral y una inflamación crónica en los huesos de las piernas.
Su trabajo, según el equipo de antropólogos, consistiría en cruzar el páramo pantanoso haciendo equilibrios sobre un estrecho puente o pasarela de troncos flotantes en el fango y llevando algún tipo de carga, cruzando un área importante para un grupo no solamente como fuente de alimentos o agua, sino también por su significado religioso.

Sin embargo, a pesar de todos estos descubrimientos, la cuestión de por qué y cómo murió Moora permanece abierta dejando muchos interrogantes.
El cuerpo se encontró desnudo, sin restos de ropaje ni de joyería. Además no fue cremado como era habitual según las costumbres de la época.

 
A pesar de que la zona en la que aparecieron los restos ha sido minuciosamente estudiada, no han aparecido más pistas que pudieran dar luz al motivo de su muerte, por lo que el final de la historia de Moora está aún por completar.


La Policía Criminal del estado de Sajonia-Anhalt y expertos de las Universidades de Friburgo y Dundee (Reino Unido), procedió a la reconstrucción de su rostro, gracias al cual podemos hoy poner cara a Moora.

domingo, mayo 16

El hombre de Croghan


Kevin Barry trabajaba en el mes de Junio del año 2003 en una turbera pantanosa al pie de una colina al norte de Daingean, en el condado de Offaly, cerca del volcán inactivo de Croghan Hill, en Irlanda. Su trabajo rutinario se vio interrumpido cuando de entre la turba sacó los restos momificados de lo que posteriormente sería conocido como El Hombre de Croghan.

El hombre de Croghan vivió aproximadamente entre los años 362 al 175 a.C., en la Edad del Hierro tardío, medía 1,98 m de altura y posiblemente pertenecía a una clase social alta. Sufría pleuritis y contaba poco más de veinte años cuando murió asesinado.
Antes de morir sus verdugos cortaron sus pezones, lo apuñalaron repetidamente en las costillas. Al tratar de defenderse fue herido en los brazos, que posteriormente serían atados fuertemente con cuerdas. Después fue decapitado y desmembrado. Sus restos fueron esparcidos en el pantano.


El Hombre de Croghan posiblemente pertenecía a una clase social alta, que cuidaba su apariencia como así lo demuestran sus manos y unas extremadamente cuidadas y se alimentaba de carne, leche y cereales.

Su asesinato pudo deberse a un sacrificio ritual a la diosa de la fertilidad durante la inauguración de un nuevo monarca, para luego desmembrarlo y dispersar sus pedazos por la frontera del reino a fin de llevar protección y prosperidad. Sus brazos aparecieron con trozos de avellano.

La turbera actuó sobre su cuerpo creando una protección natural que lo conservó durante casi 2.400 años. Su cabeza y piernas no fueron encontrados.


Los  rstos del Hombre de Crogham se conservan en tan buen estado que se aprecian claramente sus huellas dactilares.

sábado, abril 10

Windeby, Su Historia


En 1952, los propietarios de una finca en las cerca de Schleswig, en cuyas inmediaciones se encuentra un pantano, decidieron cortar la turba para venderla como combustible. Fue realizando esta tarea cuando descubrieron un cuerpo en un buen estado de conservación, debido a la protección natural que le otorgó el hecho de haber quedo enterrado dentro de una turbera. Según las investigaciones, se trataba del cuerpo de una joven de unos catorce años de edad que pasó a conocerse como Windeby. Casi en perfectas condiciones de conservación, únicamente su pecho se había desintegrado dejando ver las costillas.
La joven había muerto en el siglo I d.C. Su muerte no fue accidental sino que fue estrangulada y su cuerpo arrojado a las aguas del pantano.


Windeby yacía de de espaldas con la cabeza torcida hacia un lado, el brazo izquierdo estirado y el derecho inclinado contra el pecho, la pierna izquierda sobre la derecha ligeramente elevada. El pelo, especialmente fino, de color rojizo a causa del efecto de los ácidos de la ciénaga que en otro momento habría lucido rubio, había sido rasurado en el lado izquierdo de la cabeza. Aparecía con los ojos vendados con una tira de tela tejida con hilos de colores rojo, marrón y amarillo.
Se supone que fue llevada desnuda, cubierta solamente con una capa con incrustraciones de piel hasta la ciénaga y su cuerpo empujado hacia el fondo con ramas de abedul y una gran piedra para que no saliera a la superficie, de una profundidad de poco más de medio metro.
Los científicos determinaron entonces que se trataba de una joven que había sido ejecutada por cometer adulterio. Su cabeza media rapada, así como los ojos vendados, coincidían con el castigo habitual que se practicaba a las mujeres adúlteras, pues también había sido encontrado otro cuerpo en las cercanías y se pensó que se trataba de su amante.

 (Laposición de la mano derecha de Windeby hizo pensar a los investigadores que se trataba de un gesto de adulterio)

Pero esto eran solamente hipótesis. La incógnita sobre la muerte de Windeby era en realidad un enigma.
Treinta años después le fueron tomadas del cuerpo unas muestras de ADN y se descubrió que en realidad Windeby era un hombre joven. Además, la datación por radiocarbono realizada por otros científicos al cuerpo del supuesto amante reveló que éste había vivido tres siglos antes. Igualmente se dedujo que la falta de cabello de la cabeza se podría haber producido por las palas de las excavadoras que removían la ciénaga.

(Reconstrucción computarizada del rostro de Windeby)

Estos nuevos descubrimientos no hicieron más que aumentar el enigma sobre por qué Windeby fue asesinado, aunque existen varias teorías abiertas: Podría tratarse de un criminal que fue ejecutado por sus actos, o tal vez alguien afectado por algún tipo de enfermedad que en aquel tiempo fuera considerada maldita, o incluso que fuera víctima de un sacrificio ritual, a pesar de que en el cuerpo no se encontró signo alguno de tortura. Sus ojos tal vez fueron vendados para proteger a los vivos de la mirada de los muertos o en otro caso solo una tiara para el tocado del cabello con lo cual al paso del tiempo se le deslizo hasta llegar a los ojos
Al día de hoy la incógnita sigue abierta.

 
El cuerpo se encuentra depositado en el Landesmuseum de Schloss Gottorf, en Schleswig, (Alemania).

martes, enero 5

La Mujer De Huldremose



Sintiendo como su cuerpo ardía de dolor, La Mujer de Huldremose intuyó con pavor cual iba a ser su final. La última comida que ingirió, a base de semillas y carne animal, pugnaba en oleadas por salir de su cuerpo, tal era la descomposición que le producía el dolor y el terror ante lo que estaba por llegar

Ella, a sus 40 años y su 1,60 m. de estatura, sabía que su final estaba próximo.
La falda de lana con cuadros, y la capa doble de piel de oveja que la cubría hacían muy poco para eliminar el frío que la dominaba. Sus ropas estaban empapadas en su propia sangre, manada de su hombro, al que le habían sido brutalmente amputado el brazo, y de los numerosos cortes que le habían producido por todos sus miembros.
Tumbada en el suelo, sintiéndose cada vez más débil por la pérdida de sangre, apenas si se dio cuenta de la correa que ponían en su cuello, posiblemente para estrangularla.
Y así, con el sentido casi perdido y la noción de la realidad totalmente nula, fue arrojada al pantano de Gunnelmose, en la pequeña ciudad de Huldremose, en Jutlandia (Dinamarca) para que terminara su vida en las aguas espesas y pantanosas.
Posiblemente el limo penetró pronto por su boca moribunda, haciéndole así más rápido el trance de la muerte.
La Mujer de Huldremose se hundió por completo, terminando su vida en un violento y sangriento final.
Esto ocurrió en el siglo I A.C., y se cree que la mujer pertenecía a alguno de los pueblos escandinavos, en plena edad de hierro.


Casi tres siglos más tarde, en 1879, un trabajador del la pequeña localidad de Huldremose que se disponía a extraer carbón en una turbera pantanosa en la pequeña península de Djursland, encontró el cuerpo, casi intacto y con las mismas ropas con que la arrojaron al agua, debido a la protección natural que le otorgó el hecho de haber quedo enterrado dentro de una turbera.


La riqueza de sus vestidos crearon la leyenda de que se trataba de la princesa noruega Gunilde, viuda del rey Erik Blodoxe, a la que el rey danés Harald Blotand la habría hecho venir a Dinamarca prometiendo casarse con ella. Por motivos que no revela la leyenda, inmediatamente después de su llegada, el rey danés habría enviado a sus siervos para que la violaran y la ahogaran en un pantano. Como prueba de dicha teoría, se aportó el hecho de su lujoso vestuario, y que el pantano del que fue sacada se llamaba Gunnelmose, lo que se podría interpretar como pantano de Gunilde.
Sin embargo, existe otra teoría muy distinta de la le leyenda: La causa de la muerte sería por desangramiento debido a la amputación del brazo derecho y los cortes por todo el resto del cuerpo, en lo que podría considerarse una ofrenda a alguna deidad de los pantanos.

Al día de hoy las causas exactas se desconocen.

Mientras llega el día de su esclarecimiento, el cuerpo de La Mujer de Huldremose descansa y puede verse, así como una réplica de la ropa que llevaba puesta, en el Museo Nacional de Dinamarca.

Fuente de Datos:
*El Enigma de las momias: Claves históricas del arte de la momificación en las antiguas civilizaciones.
(David E. Sentinella)

miércoles, febrero 11

El Hombre De Graubelle


El conocido como “El Hombre de Grauballe” se dirigía, hace unos 2.300 años, hacia una ciénaga cercana, lugar considerado como una puerta de entrada al mundo sobrenatural, situada en una turbera al noroeste de Copenhague. Lo acompañaban amigos y familiares. El camino discurría entre los pozos abiertos para extraer turba y hierro de los pantanos, materiales que se utilizaban en la edad del hierro con el fin de fabricar armas e instrumentos cotidianos.
Era un hombre alto, fuerte y sano de 34 años de pelo rojizo, incipiente barba y complexión robusta, que había sido elegido por su comunidad para ser ofrecido en sacrificio a una de las diosas de la fertilidad, posiblemente como consecuencia de la trágica hambruna, tras largo periodo de invierno duro, que destruyó las cosechas y dejó al poblado sin alimento.
Las creencias germánicas otorgaban a las deidades el poder sobre la vida y la muerte. El sacrificio era una forma de regalo a cambio de algún beneficio.
Por eso “El Hombre de Grauballe” acató honrosa y heroicamente la decisión tomada, que le fue comunicada con unos días de antelación (de ahí su incipiente barba, indicio de que dejó de afeitarse). Le dolía, y porque no decirlo, le atemorizaba la muerte, trance oscuro que le tocaba atravesar, pero él era un valiente, y se sentía agradecido de ser el elegido para sacar al poblado de la miseria de alimentarse solamente de hierba y paja.

La última comida que le proporcionaron sus verdugos consistió en un potaje de trigo y centeno para satisfacer a sus dioses, pues estos alimentos eran interpretados como símbolo de fertilidad. En esta comida incluyeron además un hongo venenoso, tal vez para recrudecer la agonía de su muerte o por el contrario para embotar sus sentidos ante el inminente dolor.
(Reproducción por computarización de la posible imagen de "El Hombre de Graubelle)

Llegados al lugar de destino, el verdugo tomó la cabeza del “El Hombre de Graubelle”, la echó hacia atrás y con una daga le cortó el cuello de oreja a oreja con tal fuerza, que dejó una muesca en una vértebra del cuello y arrancó a su vez un trozo de una de las orejas. A continuación, moribundo y desangrándose fue empujado violentamente a la ciénaga, que lo engulló y arrastró hacia el fondo. El lodo penetró además de por su inconmensurable herida, por su boca y por sus orificios nasales, pero “El Hombre de Grauballe” ya apenas era capas de experimentar la sensación de ahogo y dolor. Estaba inmerso en un sopor que además de arrastrar su cuerpo a las profundidades, empujaba su alma hacia lo más alto, hacia otra dimensión.
(Imagen tomada en el momento de su descubrimiento en 1952)
“El Hombre de Grauballe” fue descubierto en 1952. Apareció desnudo, con el cráneo aplastado, una tibia rota y su rostro se contorsionaba en una mirada de horror y el dolor. En un principio se pensó que esta horrible mueca era consecuencia de cruentas tortura, pero recientemente, y sometidos sus restos a una tomografía computarizada, se ha llegado a la conclusión de que sus huesos fueron rotos debido a la presión de la turba, que aumentó cuando su cuerpo fue accidentalmente pisado en las labores de desenterramiento.
Gracias a este mismo proceso de computarización se ha podido hacer una recreación de cómo pudo haber sido en vida “El Hombre de Grauballe” imagen que nos hace tal vez intuir como y de qué manera había transcurrido su vida.
Nota: Datos científicos ofrecidos públicamente por Niels Lynerup, (investigador) y Pauline Asing, (arqueóloga), miembros del Equipo de Investigadores Forenses de la Universidad de Coopenague.
Imágenes de:

Robert Clark (National Geographic)

Historias con Historia

domingo, julio 20

La Niña De Yde

Caminando penosamente entre las aguas y los líquenes de los pantanos, custodiada por sus verdugos y aterrorizada, la llamada niña Yde se enfrentaba a solas con una muerte totalmente injusta.
Dos mil años después, y mutilado por los picos de los trabajadores que extraían turba de una ciénaga holandesa, el cuerpo de la joven fue sacado a la luz.
Fue descubierto hace más de cien años con el cuello envuelto en una tela anudada , lo que sugiere que la joven de 16 años fue estrangulada antes de ser arrojada a los pantanos, pero ¿quién la estranguló y por qué?
Sometidos sus apergaminados y momificados restos a una tomografía computarizada se descubrió una curvatura anómala en su columna vertebral, por lo que posiblemente en vida mostraba joroba y un cuerpo deforme.
Estos datos apuntan a que es muy probable que por este motivo fuera elegida para el sacrificio, pero no es una conclusión definitiva. Su muerte también pudo deberse a un castigo o superstición, un enigma al que de momento no hay respuesta.




(Imagen de como puso haber sido la Niña de Yda, obtenida mendiante tomografía conputarizada )

viernes, junio 13

El Hombre de Tollund


En las edades de Bronce y de Hierro, los pantanos se consideraban lugares sagrados en los que numerosas ceremonias religiosas, de las que ahora encontramos huella, tuvieron lugar.


Pantano Danés
Durante siglos, se ha extraído turba de los pantanos daneses como combustible para el hogar, que protegía contra el frío del invierno y calentaba la comida. Mientras ha sido así, han emergido de la turba gentes bien conservadas, de un tono marrón oscuro, para sorpresa, terror y desconcierto de los cortadores de turba. Creían que era el mal encarnado, el Diablo, lo que tenían delante; o bien recordaban historias de siniestros asesinatos sin resolver en el distrito, o de personas que desaparecieron sin dejar huella. Difícilmente podían imaginar que muchos siglos separaban sus vidas de la persona muerta en el pantano.

Hay un extraño poder en las aguas del pantano que impide la putrefacción. Se han encontrado cuerpos que deben haber yacido allá más de mil años, y si bien algo menguados y oscurecidos, aparecen por lo demás inmutables.

El Hombre de Tollund


Sintió frío en su cuerpo y se estremeció. Su mirada se dirigió a un límpido cielo, cristalino, y una brisa helada le cruzó el rostro. El hombre suspiró aceptando así su destino.
Mentalmente se despidió de todo lo terrenal y se entregó a su sino.
Ahorcado con una cuerda de cuero y arrojado a un pantano danés hace 2.300 años, el Hombre de Tollund fue probablemente víctima de un sacrificio
.
Sin embargo, lo más curioso de todo es la forma de morir de este hombre, que se cree tenía entre 30 y 40 años. A pesar de la violencia de su muerte, no se aprecia en su rostro un sólo signo de que lo padeciera, más bien parece dormido, relajado. Se descartó el suicidio por ahorcamiento por las marcas en su cuello, más horizontales que oblicuas. Parece ser que le fue aplicado una especie de garrote hasta la muerte. En su estómago se encontraron restos de lo que fue una papilla de cereales, que se ha encontrado también en cuerpos de víctimas rituales. Se especula con la posibilidad de que estas "víctimas" (probablemente voluntarias, podría tratarse de un "honor" ser elegido) fueran drogadas a tal efecto, de ahí la expresión del rostro.

También se cree que estas personas pertenecían a una clase alta, ya que sus manos y uñas están cuidadas, así como los restos de ropa que se encuentran, se puede decir que son de calidad, típicas de personas de posición acomodada.
Al igual que otros cuerpos hallados en las turberas de Europa plantea muchos interrogantes. ¿Por qué lo eligieron a él? ¿Quién cerró sus ojos después de la muerte? ¿Por qué lo sacrificaron?
Hay un extraño poder en las aguas del pantano que impide la putrefacción. Se han encontrado cuerpos que deben haber yacido allá más de mil años, y si bien algo menguados y oscurecidos, aparecen por lo demás inmutables.