(Un niño y una niña inmortalizan el último momento junto a la que probablemente habia sido su hermana)
Con los Retratos Post Mortem se pretendía inmortalizar el “Memento Mori”, palabra latina que quiere decir “Recuerda que morirás”. Además de inmortalizar el “Memento Mori”, también se deseaba hacerlo con todo lo relacionado con el fallecimiento, como la muerte, el entierro, y el último momento con sus familiares.
(Familia alemana posando junto a su ser querido en 1920)
Dado que inmortalizar el instante en el que se producía el deceso rodeado de la familia, tanto en cuando no se sabía cuándo se produciría, y por otro lado el tiempo de exposición que requerían las primeras fotografías era largo, se puso en práctica recrear un escenario ficticio en el que todos se reunían en torno al difunto, a veces simulando que éste estaba aún en vida, y otras en las que no se oculta que ya había fallecido, posando todos los vivos al lado del finado y recreando así una última reunión familiar que permanecería para la posteridad.
(Estas cuatro jóvenes mujeres, probablemente hermanas del niño fallecido, posan en las cuatro esquinas del ataud del bebé, vestidas de blanco y con guantes negros, semejan dar protección a la criatura.)
Estas prácticas no eran consideradas para nada morbosas, seguramente porque se gestaron en la época del Romanticismo, en cuyo periodo la muerte tenía un aire sumamente sentimental e incluso privilegiado, de ahí que imperaran las veces en las que se los mostraba simulando que dormían, dejando así lugar a la ilusión de que despertara.
(En esta fotografía aparece toda la familia en torno al niño o la niña yacente, que simula estar dormida, con algunos de sus juguetes, como si en algún nomento pudiera despertar del sueño y continuar jugando.)
Los cadáveres se vestían con sus mejores ropas y se creaba en torno al cuadro un escenario que se decoraba con encajes y flores, que en determinados momentos cobraban el protagonismo de la imagen, dejando al yaciente en segundo plano.
(Vestido con el traje adecuado para la ocasión, este padre ruso posa junto a sus dos hijos rapados ante el ataud abierto de la madre muerta. Uno de ellos mira directamente a la cámara. Detras de ellos, la abuela, con la cabeza cubierta por un pañuelo o mantón negro, apoya la mayo en uno de sus nietos.)
Debido al aire de romanticismo que se tenía del concepto de la muerte, no era extraño que el esposo o enamorado posara al lado de su amada inerte mostrándonos su tristeza o desolación.
(Un viudo Búlgaro observa casi obnuvilado el cadáver de su esposa el 10 de marzo de 1920)
(Esta mujer rusa se acerca a su difunto marido, simuladon que le habla)
A mediados del siglo XX, con la llegada de las cámaras fotográficas modernas que permitían fotografiar a las personas en vida y en sus actividades cotidianas, la fotografía post mortem cayó en decadencia, para irse perdiendo posteriormente.